sábado, 19 de marzo de 2011

TEMA 14



El comienzo de la Tercera Generación Universal en el Reinado Milenial de Cristo

Isaías 2: 2 “Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones”.
Isaías 2:3 “Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios Jacob; y nos enseñará sus  caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la Palabra de Jehová”.
Zacarías 14: 16 “Y todos los sobrevivientes de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al
Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos”.

Allí se indicará a la tercera generación universal todo lo que tienen que hacer con el sistema 777, para la administración mundial de la humanidad en la tierra.
Vamos a repetir la explicación que hicimos anteriormente sobre las tres generaciones universales.

La primera generación universal: Se cuenta desde Adán y Eva hasta el juicio del diluvio universal que acabo con todos los malvados de la historia, y sólo quedaron los buenos que fueron ocho personas (Noé y su familia) como semilla de la humanidad para la segunda generación universal.

La segunda generación universal: Se cuenta desde la familia de
Noé de las ocho personas que sobrevivieron del juicio del agua, hasta el Armagedón del fin del mundo, que sólo quedará una tercera parte de la humanidad como semilla para la tercera generación universal.

La tercera generación universal: Se cuenta desde la limpieza de la tierra por siete meses, hasta la batalla de Jehová, el Padre de Gloria, como indica la palabra bendita del Señor.

Ap. 20: 9 “Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió”

La cuarta generación universal: Se cuenta desde el final del último juicio, y que comienza con la humanidad de las tres generaciones que fueron salvos por la Palabra bendita del Señor y limpios por la Sangre de Cristo, y que fueron escritos sus nombres en el Libro de la Vida, para entrar a la cuarta generación universal que es conocida como la vida eterna, y desde entonces el nombre de Dios será reivindicado.
Para entender que es la generación universal, y que es la generación individual hay que estudiar los tiempos, desde Génesis hasta Apocalipsis en calendario hebreo.

Isaías 11: 3 “Y se hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos”.
Isaías 11: 4 “sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío”.

En el reinado milenial de Cristo, no se permitirá ninguna clase de pecado. Si alguno pecare sabiendo, tal vez morirá en el acto, los niños, adultos, hombres, mujeres deberán cuidarse de la manzana podrida.

Isaías 65:20 “No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito”.
Isaías 11:5 “Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura”.
Isaías 11:6 “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará”.

Que hermosa será la vida en el reinado del Señor Jesucristo. Paz, felicidad, justicia, amor, contentamiento y conocimiento de Jehová.
Todo esto y mucho más será el reinado milenial. Porque el diablo ya no tiene cabida en la tercera generación universal, y la tierra volverá a ser como fue en los primeros tiempos de Adán.
El príncipe de la muerte está prisionero, como debía estar; perdió la batalla y la guerra. El diablo fue culpable de todo, en el sufrimiento de la humanidad; causo la guerra entre naciones, lenguas, razas y pueblos, e implantó toda clase de pecado en el corazón de la humanidad, aún la maldad fue implantada en el corazón de los animales, por eso son rebeldes y fieras con la humanidad. Pero ahora todo se acabó, porque el verdadero Príncipe de Paz gobierna sobre la tierra. El verdadero dueño, Jesús de Nazaret, toma el Reino de lo que es de Él. Antes gobernaba el falso dueño, por eso pasó lo que pasó a la humanidad; pero ahora el Cordero de Dios reina sobre su



propiedad, desde Jerusalén de Israel con el proyecto del sistema 777 del Dios Vivo. Este sistema traerá la felicidad verdadera y duradera, como está escrito en la palabra eterna del Señor.
Isaías 65: 18 “Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo.”
Is. 65:19 “Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor”.
Is. 66:10 “Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella.”
Is. 11:9 “No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar”.
Salmos 135: 21 “Desde Sion sea bendecido Jehová, Quien mora en Jerusalén. Aleluya”.
Daniel 7: 27 “y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos
Debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y a todos los dominios le servirán y obedecerán”.

Por eso fue escrita esta palabra bendita del Señor. Para los santos del
Altísimo en:

Ap. 2: 26 “Al que venciere y guardan mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones”.

Esto y mucho más será el reinado milenial de Jesucristo. El Príncipe de Paz y de su iglesia; con el sistema de paz verdadera, sin guerras, ni odios, etc. Este es el comienzo de la verdadera felicidad que tendremos en la cuarta generación universal.

Toda la Gloria sea dada al Padre Jehová de los Ejércitos, y al Cordero de Dios, Jesucristo el Señor, quien nos compró con precio de su sangre bendita para la salvación de nuestras almas. Y al Santo Consolador, quien nos cuida celosamente y nos guía al verdadero camino de la salvación. Aleluya.

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